sábado, 18 de julio de 2015

PODEMOS INTEGRAR.-




Abordar el fenómeno de la inmigración irregular en la UE desde el cierre de fronteras, la criminalización y la represión, es un enfoque equivocado que nos puede conducir a la pérdida de la potencialidad existente en el mismo a niveles sociales, económicos y de desarrollo, además de inducir hacia el racismo y la xenofobia. Si realmente queremos evitar esta situación, Europa debe superar el concepto de “status jurídico y administrativo” de su población de origen inmigrante y proteger los derechos humanos y las normas laborales de todos, independientemente del mismo. La fuerte necesidad de emigrar de algunas poblaciones y la ausencia de canales legales para hacerlo son los dos motivos fundamentales que siempre van a sustentar la inmigración irregular, por lo que debemos articular mecanismos de actuación coordinados y eficaces dirigidos a evitar la explotación de estos trabajadores que se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad, reforzando las políticas sociales, la aplicación de las normas laborales y la integración, así como priorizando la prevención y la lucha contra la explotación, reforzando los canales de migración regular y posibilitando el acceso a status jurídicos de legalidad a los inmigrantes sin papeles.

Uno de los objetivos de este PODEMOS es el de elaborar propuestas  para conseguir condiciones de trabajo dignas y en igualdad de condiciones con el resto de los trabajadores, para los inmigrantes en situación irregular, el aseguramiento de salarios justos y del acceso a los sistemas de protección social. Igualmente, la proposición de estrategias en el ámbito del Desarrollo, planteando alternativas de Comercio Justo que podrían desarrollarse conjuntamente con otras organizaciones. Propuestas que deberían orientar la actuación futura de la UE y su compromiso con los inmigrantes indocumentados, combatir la explotación laboral y garantizar la protección de sus derechos laborales y sociales. Una situación regular o irregular no es una condición jurídica definitiva, y de hecho, ciertos inmigrantes legales modifican su situación hacia la irregularidad por caducidad de sus permisos mientras que otros acceden a la regularización por modificación en sus condiciones de residencia y/o trabajo. Debemos defender el acceso a la regularización como la mejor manera de evitar la “segregación de derechos” y el mantenimiento de diferentes status de trabajadores en el ámbito de la UE.

Tenemos una inmigración fundamentalmente económica. Conseguir el respeto de sus derechos laborales y sociales debe ser un objetivo de primer orden en las agendas de las UE, de los gobiernos, de sus sindicatos y de las organizaciones sociales. Europa se debate entre los dictados de su tradicional modelo de Estado Social y el respeto a los derechos humanos, que aún siendo inalienables y fundamentales ahora no son “absolutos”, ante la libertad de empresa y la necesaria competitividad, el resurgir del racismo y la xenofobia como producto de la escasez de empleo, la desigualdad y la falta de integración real de los inmigrantes y la incapacidad para gestionar y asumir la nueva identidad colectiva diversa de la población europea. La segmentación del mercado de trabajo en múltiples categorías de trabajadores adscritos a un rompecabezas de directivas dirigidas a facilitar la movilidad y el ahorro de las empresas en costes laborales, que resta derechos fundamentales a los trabajadores migrantes y fomenta el dumping laboral y social entre los propios europeos.

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